Abre la ventana y deja que entre el sol y con él una brisa fresca que vaya renovando el aire de tu interior; detente ahí en la ventana y contempla, con esos primeros rayos del sol comienza el desfile de los que van a sus trabajos, de los que van al encuentro con la vida, ¿te has detenido a contemplar alguna vez lo que pasan a tu lado? Cada uno va con su vida, sus ilusiones y sus sueños, sus problemas y sus luchas, con lo que ha ido llenando su vida pero también con sus carencias y vacíos que quedan en el alma, no los vemos en lo más hondo porque nuestra mirada se hace superficial y casi se nos hace imposible meternos en el interior de cada persona, aprendamos a poner una mirada nueva, a descubrir tras los surcos de sus rostros toda una vida palpitante, a saber leer esos gestos muchas veces imperceptibles pero que nos están hablando de su interior, con sus riquezas y sus pobrezas, con sus soledades que buscan compañía y con su miradas que nos pueden parecer distantes, pero que nos están invitando a caminar a su lado y los tengamos en cuenta. Esa mirada simple pero cargada al mismo tiempo de intensidad con que los miras puede hacerlos sentirse más valorados para continuar haciendo camino. Abre la ventana y descubre la variada riqueza de la vida, abre la ventana y acompaña el caminar de tantos que necesitan compañía. Buenos días © carher
