que no falte la paz

Cuando damos los buenos días estamos expresando el deseo de lo mejor para esa persona a quien saludamos, que su día sea bueno queremos decir, que este lleno de felicidad, que las cosas le marchen bien en la vida, que se vea rodeado de una familia que le quiere y de unos amigos que le aprecian, que no le falte paz en su vida; este es un anhelo importante que todos tenemos en medio de un mundo convulso y cuando desgraciadamente están sonando demasiado los tambores de la guerra; pero no se puede quedar en un solo deseo sino que tiene que ser también un compromiso de nuestra parte, seamos constructores de paz, que ya solamente con nuestra presencia impulsemos la paz allí donde estemos; nuestra forma de ser y de estar, nuestro gestos llenos de cercanía y de ternura, la humildad con que nos acercamos a los demás ofreciendo nuestro servicio, la palabra amable y constructiva que facilita el encuentro y la armonía, el sabernos despojar de vanidades y de orgullos, el arrancar de nosotros todo sentimiento de violencia, son cimientos que vamos poniendo en la vida haciendo que allí donde estamos se sienta la paz y con lo que construiremos un mundo mejor y lleno de paz. © carher