Todo en estos días tiene olor de Navidad, el ambiente de nuestras calles, los preparativos y adornos de nuestros hogares, la intensificación de momentos de encuentro y de fiesta entre familiares y amigos, una alegría especial que se nota en nuestras relaciones con los demás, pero cuidemos dos cosas, que no sea algo efímero de un día o de una ocasión sino aprendizaje de actitudes profundas de la vida, y por otra parte lo que motiva todo esto que es el nacimiento de Jesús, el Hijo de Dios hecho hombre
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