un pequeño detalle puede cambiar la vida

El valor y la belleza de un mosaico no está en lo espectacular ni de su tamaño ni de las piezas que lo componen, precisamente son las piezas pequeñas las que mejor conforman y definen el dibujo o la imagen que queremos presentar, las que les darán su variado colorido y resaltarán mejor la figura; pensamos a veces en la vida en hacer cosas extraordinarias para expresar lo que somos y lo que podemos ofrecer a los demás, quien pueda hacerlo que lo haga no desde la vanidad si no desde la humildad y generosidad del compartir, pero son esos pequeños detalles los que cautivan al corazón, los que hacen más pura la sintonía, y los que se van a meter en nuestra vida para expresarnos el mejor cariño que podamos recibir; ese pequeño detalle que nos recuerda que quien nos lo ofrece piensa en nosotros y nos valora, nos tiene en cuenta y nos ofrece lo mejor de sí mismo; es esa palabra amable, esa mirada comprensiva, esa cercanía muchas veces silenciosa, es la presencia de quien se sienta a nuestro lado, es esa mano que nos levanta y nos impulsa a que caminemos por nosotros mismos, son esos sueños compartidos que nos hacen soñar también a nosotros despertando la ilusión y la esperanza de lo bueno y de lo mejor, es quien nos dice que confía en nosotros pero que aprendamos también al confiar en nosotros mismos porque podemos realizar maravillas; escucha esa palabra de ánimo que se te susurra al oído y que puede cambiar tu vida, sintamos el estímulo de quien nos dice adelante y pone ligereza en nuestros pasos; no te olvides de llenar tu vida de esos pequeños detalles que nos ayudan a todos a caminar. Buenos días. © carher