Ábrenos los ojos del amor para reconocerte
Quiero pedirte esta tarde, Señor,
que nos abras los ojos del amor
para reconocerte siempre
y nunca dejemos de saborear
lo que es vivir y sentirnos
en tu presencia y en tu amor.
Con ojos de amor queremos ahora,
antes que nada,
manifestarte nuestra fe en tu presencia
en el Satísimo Sacramento del Altar;
estás aquí verdadera y realmente presente,
para ser nuestra vida y alimento,
para hablarnos y para escucharnos,
para esperarnos,
como sólo tú sabes hacerlo.
Creo en ti,
te adoro y te amo,
con toda mi corazón,
con todo mi ser,
con toda mi alma,
con toda mi vida.
Eres mi Dios y mi Salvador.
Nos sales al encuentro
en todo momento de nuestra vida,
pero qué dulce es tu presencia
y cuán alentadora
cuando nos sentimos sin ánimo
y con el espíritu por los suelos
porque los problemas nos abruman,
porque las sombras de la duda se ciernen sobre nosotros,
o cuando cansados
queremos volver a la pesca de todos los días
sin darnos cuenta de que tú estás siempre ahí
aunque esas brumas de nuestra alma
nos impidan verte o reconocerte.
Por eso, Señor, te pido
que abras los ojos del amor en nuestra vida;
como el discípulo amado
que fue el única capaz de descubrir
que eras tú el que estabas allá en la orilla
y les hablabas,
y les preguntabas por sus problemas,
- no tenían pesca -,
y señalabas
por donde había de ir la vida y los trabajos.
Gracias, Señor, porque estás siempre ahí
y nos mantienes en tus brazos de amor
para que no tropecemos,
para que no te olvidemos,
para que no nos arrastrar por caminos de mal.
Que sienta siempre tu presencia, Señor,
que sienta el calor de amor.
No hay comentarios:
Publicar un comentario