Quédate con nosotros y camina a nuestro lado
A tu presencia venimos, Señor,
a postrarnos en esta tarde;
creemos en ti,
en ti ponemos toda nuestra esperanza
porque sabemos que tú eres
nuestra única salvación y nuestro único camino;
te adoramos porque eres nuestro Dios
y te amamos porque eres Amor,
y lo queremos hacer desde lo más hondo de nosotros mismos
y con un amor sobre todas las cosas;
queremos seguirte, Señor,
pero queremos que tú camines a nuestro lado;
sin tu presencia nuestros caminos se hacen oscuros,
las dudas turban nuestro espíritu,
se nos hace difícil comprender las cosas,
no sabemos a dónde ir ni por dónde caminar.
Como los discípulos de Emaús
queremos decirte,
Señor, quédate con nosotros;
quédate con nosotros
no porque se haga oscuro para ti,
porque tú eres siempre la luz,
sino porque para nosotros caerá la noche;
quédate con nosotros,
porque queremos que tú nos enseñes el camino,
nos expliques las Escrituras,
nos hagas comprender el sentido de todo;
quédate con nosotros
porque así comprenderemos mejor
tu pasión y tu cruz
porque te vemos resucitado y vencedor;
quédate con nosotros
porque así podremos llenarnos de paz,
esa paz con la que siempre saludabas a tus discipulos
en tus encuentros con ellos;
quédate con nosotros y se acabarán
nuestros miedos y nuestras dudas,
no nos encerraremos en el cenáculo
por miedo a los judíos,
por miedo a lo que en contra podamos encontrar
en el mundo que nos rodea;
quédate con nosotros
para que arda nuestro corazón con tu amor
y así aprendamos también a amar;
quédate con nosotros,
que sin ti todo será oscuridad para mí;
quédate con nosotros
para que tengamos tu fuerza,
la fuerza de tu Espíritu para ser tus testigos.
Quédate con nosotros, Señor.
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