cuidemos el jardín de la amistad

Desde que desperté he estado pensando que necesito hoy un tiempo para dedicarme al cuidado de mi jardín, siempre hay muchas cosas que hacer si lo queremos tener bonito y que el colorido de sus flores alegre nuestra mirada desde el principio del día; hay que abonarlo cuidadosamente, limpiarlo de cuanto lo pueda afear podando aquella ramas ya inservibles, reanimar algunas plantas que con el paso del tiempo parece que se va muriendo, mantener el clima de humedad apropiado para mantenerlo vivo; pero, como comprenderéis, no pretendo daros lecciones del cuidado del jardín, sino que son imágenes que nos hablan de ese bello jardín de la amistad que tenemos que recuperar si es necesario y reavivar para que no se marchiten esas flores; sí, tenemos que cuidar a los amigos, una palabra, un gesto y un detalle, un encuentro que reavive la confianza que se va debilitando, la búsqueda de una cercanía para mejor compartir, el tiempo que le dediquemos al amigo que nunca será perdido, el desahogo de alguna pena guardada en el corazón y la risa compartida desde momentos pasados a gusto juntos, el esfuerzo por superar malos momentos olvidando desaires y desencuentros, una llamada oportuna para recordar fechas que pueden ser importantes y no pasen desapercibidas, el sacar de nuevo a flote momentos felices vividos o lágrimas mutuamente enjugadas son algunas de las tareas que nos ayudarán mantener vivo y florido ese hermoso jardín de la amistad. Recuperemos la flores de nuestro jardín de la amistad. © carher