cuídate

En nuestros saludos o en nuestras despedidas una recomendación que solemos hacernos los amigos es decirnos, cuídate; pero es algo más que unas palabras que te estén pidiendo que tú tengas cuidado de ti mismo; por supuesto hemos de cuidarnos nosotros mismos, evitando peligros, prestando atención a lo que nos sucede para no tener ningún tropiezo, alejándonos de todo lo que nos pueda dañar ya sea nuestra salud o también aquellas cosas que nos dañan por dentro cuando cargamos con cosas negativas, resentimientos, orgullo herido y amor propio sacado a flor de piel que enferman nuestro espíritu y pueden producirnos también hasta un daño somático, y además queriendo vivir una vida sana, alimentando nuestro espíritu, cultivando valores, poniendo metas trascendentes a la vida; cuando le decimos a aquella persona que apreciamos cuídate es señal de que también nosotros queremos poner por nuestra parte lo necesario para que su vida sea mejor, pueda ser más feliz; mi deseo es ayudarte a liberarte de esas ataduras que te coartan, que mi presencia a tu lado pueda hacer que te sientas fortalecido interiormente para tu lucha de cada día, puedas disfrutar de las cosas agradables de la vida; quisiera que mi amistad sea como un estímulo para tu crecimiento personal, y desearía poder ofrecerte muchas cosas que te ayuden a enriquecer tu espíritu. Por eso y con este sentido con mis buenos días te digo, cuídate. © carher