valorar la vida de cada día

Al comenzar un nuevo día nuestro pensamiento algunas veces se dispersa entre los recuerdos de un ayer que no son siempre los del día inmediato anterior y los sueños de las cosas grandes y maravillosas que nos gustaría hacer, pero luego en el caminar de cada día nos damos cuenta que la realidad está hecha de esas cosas ordinarias que de alguna manera nos suceden y muchas veces se repiten todos los días; son buenos los sueños y los recuerdos, pero pongamos los pies en la tierra que pisamos y sepamos valorar eso que hacemos todos los días aunque no sea nada extraordinario, porque ahí está nuestra vida, ahí está lo que somos, ahí está el mundo que tenemos que construir; los recuerdos nos pueden servir de ejemplo y estímulo y los sueños nos hacen mirar más allá para que nuestros horizontes sean amplios, pero en eso pequeño de cada día está la esencia de nuestra vida, nuestras responsabilidades cotidianas, la vida de familia, los momentos de descanso, el encuentro con los amigos, las tareas de nuestra vida personal, el tiempo que dedicamos para nosotros mismos, los momentos de silencio y reflexión, nuestros entretenimientos y aficiones; cosas extraordinarias acaecerán en su momento y son dones maravillosos que la vida nos ofrece, pero sepamos valorar la vida de cada día vivida con extraordinaria intensidad desparramando siempre ríos infinitos de ternura. © carher