Un saludo no se lo negamos a nadie, con mis mejores deseos cada mañana me atrevo a acercarme para decirte buenos días de la misma manera que cuando nos cruzamos con alguien en los caminos nos saludamos como un buen deseo para ese momento de su día; no quisiera sin embargo que este saludo mío en esta mañana fuera ni un saludo anónimo ni un saludo formal simplemente de buena educación; es cierto que vamos demasiadas veces de anónimos por la vida pasando los unos por los otros como se suele decir como perro por viña vendimiada, ni tenemos una mirada amable, ni dejamos el sabor de una buena sonrisa, ni hacemos que suene la música de un buenos días, es algo que tendríamos que recuperar; pero detrás de ese saludo tendríamos que querer decir mucho más, estoy contigo, quiero compartir mi amistad, deseo hacer agradable tu vida, me gustaría estar a tu lado en tus luchas, tus problemas, tus ansias de superación, sentir como propios los ritmos y melodías de tu vida cuando suenen los alegres sonidos de la música de tu vida igual que cuando retumben los graves sonidos de tus preocupaciones; muchas veces desconocemos cuáles son las músicas que suenan en tu vida pero mi saludo quiere ser una obertura agradable a la sinfonía de tu corazón. Buenos días. © carher
Comienza un nuevo día y retomamos de nuevo el ritmo de nuestras actividades, levantémonos, pongámonos en camino, con confianza, sin miedos ni complejos, valoremos lo que somos y lo que hacemos, aprendamos de lo que contemplamos y de lo que a nosotros mismos nos sucede, de nuestros propios pasos, nuestros logros y también nuestros tropiezos, no son fracasos sino lecciones de aprendizaje, sintamos el estímulo de lo que vemos en los demás, no nos acomplejemos si no llegamos a la altura que deseamos, con esos pequeños pasos completaremos un día la escalera de la vida, valoremos cada pequeño destello de luz que podamos descubrir a nuestro lado, sepamos aprovecharlo porque el conjunto de sus destellos se convertirá también en un faro de luz, contando con todos iluminaremos mejor el camino, nunca los valores de alguien tienen que quitar el brillo al resplandor de los demás sino más bien resaltarlo, es ilusionante el camino, con la colaboración de todos cada día lo hacemos más hermoso. © carher
Buenos días decimos tratando de despertar dejando atrás una noche de sueño para comenzar un nuevo día en el que queremos mantenernos despiertos porque son muchas las cosas que hemos de hacer; no queremos dejarnos envolver de nuevo por el sueño, sin embargo parece que la vida se va agotando porque no llegamos a todo lo que queremos; cuidemos algo que realmente puede ser importante, no nos agotemos en tantas cosas que no son tan esenciales y al final estemos cansando el corazón haciéndolo pasar a una baja intensidad que pudiera ser un dejar envejecer la vida; tratemos de mantener esa vitalidad en lo que realmente es necesario y para ello no dejemos de soñar; los sueños ponen ilusión en el corazón y abren la vida a cosas nuevas, los sueños nos hacen sentirnos niños soñadores y jóvenes que se abren a amplios horizontes, y eso es vivir, tener vida que se hace nueva en cada sueño, que se abre a nuevos caminos y despierta ilusión en el corazón; sueña, no dejes envejecer el corazón. © carher
Cuando por la mañana nos levantamos de la cama el cambio de postura hace que el mundo se nos ponga a dar vueltas sobre todo a nosotros los mayores, por eso hemos de cuidar el equilibrio y no caernos, pero me atrevo a decir que eso es algo que necesitamos todos, buscar el equilibrio de la vida; con las carreras que nos pide la vida hay ocasiones en que vamos dando bandazos de un lado para otro, es necesario sosegarnos, sí, encontrar sosiego, serenidad, paz, equilibrio para afrontar la vida, los problemas, las relaciones entre unos y otros, la amistad; muchas cosas pueden influir en nosotros que nos hace fluctuar la balanza de la vida, encontremos el punto medio, la serenidad para mantener ese equilibrio, para no dejarnos arrastrar por la superficialidad con que muchas veces se vive, ni dejarnos influir por el materialismo y el consumismo, para levantar nuestro espíritu a lo espiritual y divino, para descubrir los verdaderos valores que nos enriquecen desde dentro, para cultivar la amistad, las buenas relaciones con los demás, la entrega generosa y altruista y la capacidad de sacrificio; ese equilibrio va a manifestar nuestra madurez, la grandeza de nuestro espíritu, lo que valemos como personas, lo que va a enriquecer la vida, las simientes que harán un mundo mejor. Buenos días.© carher
