cada planta crece a su ritmo en el jardín de la vida

Amanece un nuevo día, retomamos de nuevo el camino de nuestras tareas, nuevos esfuerzos con deseos de superación, nos exigimos a nosotros mismos porque cada día queremos algo superior y mejor; ahí están las posibilidades y capacidades de cada uno, los valores que cultivamos en nuestro propio terreno, las metas que nos proponemos; son ilusionantes esos pasos que vamos dando junto a los que hacen el camino a nuestro lado, conscientes de que nuestras exigencias personales no las podemos imponer a nadie porque cada uno hace su propio camino y tiene su propia vida, sus particulares necesidades y posibilidades que nos exigen un respeto a sus propios pasos; podemos ser estímulo pero no exigencia, podemos alentar deseos de superación pero no somos nosotros los que le ponemos sus metas; cada planta crece a su ritmo en el huerto o en el jardín, se manifiesta en su propia forma y con su característico colorido, da sus propios frutos y todos son sabrosos; es el respeto y la humildad con que nos acercamos a los demás, es la forma de expresar nuestro cariño y hacer crecer la amistad en esa diversidad de la vida; entre todos, cada uno con su particularidad, haremos bello el jardín de la vida. Buenos días. © carher