Dame la sensibilidad y la delicadeza de tu amor
Quiero esta tarde pedirte, Señor,
que sepa verte en el hermano;
tú nos dijiste que todo lo que le hiciéramos al otro,
en especial al más pequeño y al más humilde,
a ti te lo estábamos haciendo, Señor.
Dame ojos para mirar con mirada nueva
al hombre que sufre a mi lado
que es mi hermano,
que eres tú, Señor.
Nos sales al encuentro
en el hambriento y en el sediento,
en el enfermo y en el que está sólo,
el que se siente discapacitado
y por sí mismo quizá no pueda venir hasta mí;
nos sales al encuentro
en el que se encuentra desamparado
y ha perdido la esperanza,
al que le falta cariño
y no ha sentido una mano amiga que le apriete la suya,
al que no ha recibido una mirada de amor y de comprensión
que anime su soledad y su falta de esperanza.
Son tantos, Señor,
los que sufren a nuestro alrededor
y has querido ponerlos cerca de mí
y no los puedo abandonar;
que nunca cierre mis ojos ni endurezca mi corazón;
dame sensibilidad y la delicadeza de tu amor;
tienden sus manos buscando un apoyo,
te miran con desconsuelo buscando una comprensión
que quizá no sienten en los suyos,
los que están mas cercanos;
no los puedo dejar solos,
ahí estás tú que me esperas.
Sé que amando mi amor no va a mermar
ni mi vida será menos,
sino que al hacer feliz a los otros
yo también voy a ser más feliz.
Dame tu fuerza, Señor,
para que no me falte tu gracia,
para que no me esconda ni me eche atrás,
para que mi corazón sea siempre comprensivo
y rebose amor con todos.
Tú estás en ellos, Señor,
pero también quieres valerte de mi para llegar hasta ellos,
porque me has hecho signo de tu amor.
Dame tu gracia, Señor,
y que crezca mi amor.