domingo, 1 de mayo de 2011

Bendito seas, Señor, por tu gran misericordia

Bendito seas, Señor, por tu gran misericordia

‘Bendito sea Dios,

Padre de nuestro Señor Jesucristo,

que en su gran misericordia,

por la resurrección de Jesucristo de entre los muertos,

nos ha hecho nacer de nuevo

para una esperanza viva,

para una herencia incorruptible,

pura, imperecedera,

que nos está reservada en el cielo…’

te bendecimos, Señor, y te damos gracias;

cuánta es la gracia que por tu misericordia alcanzamos;

nos haces nacer de nuevo,

nos llenas de nueva vida,

por el Bautismo nos has hecho hijos.

Hoy queremos sentir cómo tú llegas a nosotros,

te haces presente entre nosotros

como cuando llegaste al Cenáculo

para llenar de paz,

de gracia,

de perdón a los discípulos allí renuidos,

alli encerrados.

Los saludaste con la paz,

paz que los llenó de alegrías,

que disipó sus dudas,

que hizo desaparecer sus miedos,

que les dio fortaleza y valor;

esa paz que sentimos dentro de nosotros

cuando tú estás con nosotros,

porque nos sentimos amados,

porque nos sentimos perdonados,

porque nos sentimos llenos de tu gracia.

Haz, Señor,

que sintamos esa paz en nuestro corazón,

ese regalo tan hermoso que nos haces

y que tenemos que saber acoger.

Contigo llega la gracia y el perdón,

llega la salvación;

una gracia, un perdón, una salvación

que hemos de saber llevar a los demás,

porque quienes creemos en ti

tenemos que ser siempre ministros de reconciliación,

de perdón y de paz.

Es el regalo que todo enamorado de ti,

ha de saber llevar siempre a los demás,

poniendo paz y reconciliación entre todos,

reavivando el amor entre los hermanos,

haciendo que sientan la verdadera alegría en sus corazones.

Tu presencia, Señor,

reaviva nuestra fe,

para saber confiar en ti,

abriendo nuestro corazón al misterio y al amor,

abriendo los ojos del alma

para dejarnos conducir por ti,

para fiarnos de tu amor

del que tantas pruebas nos das,

para aceptar con humildad y amor

ese regalo grande de la fe que nos haces.

Gracias, Señor,

porque sentimos que en tu resurrección

se renueva nuestra vida,

gracias por el don del Bautismo que nos hizo hijos,

gracias por el regalo de pascua

de tu paz y de tu perdón,

por darnos tu Espíritu

para que encontremos siempre el perdón.

No hay comentarios: