Gracias, Señor, por la Iglesia
Gracias, Señor, vengo a
darte en esta tarde por tu Iglesia;
gracias, Señor, por ser
miembro de la Iglesia;
gracias, Señor, porque por
la fuerza de tu Espíritu
puedo sentirme miembro de la
Iglesia
y en comunión de Iglesia
vivir unido a mis hermanos en la fe.
Has querido, Señor, que
seamos una familia,
que nos sintamos hermanos,
que vivamos en comunión los
unos con los otros,
que nos aten siempre los
lazos del amor;
todo eso lo podemos vivir en
el seno de tu Iglesia,
a pesar de nuestras
flaquezas y debilidades,
a pesar de que no siempre
amamos
con un amor como tú lo
quieres,
que sea semejante a tu amor,
a pesar de que muchas veces
se nos meten dentro de
nuestro corazón muchas cosas
que pueden dañar nuestro
amor,
y tenemos nuestras desconfianzas
y nuestras reticencias;
gracias, Señor, porque tu
gracia
podemos superarlo y
sentirnos Iglesia.
Esta tarde vengo a pedirte
de manera especial por la Iglesia,
por esta Iglesia nuestra
en la que vivimos y
alimentamos nuestra fe,
por mi Iglesia en la que
quiero proclamar mi fe,
por esa comunidad eclesial y
diocesana a la que pertenecemos
donde tan maravillosamente
te haces presente
en el cuidado amoroso que
tienes con nosotros
a través de los pastores que
has puesto a nuestro lado
para en tu nombre ayudarnos
a caminar y recorrer
nuestros caminos de fe y de
amor;
somos la Iglesia peregrina
que camina aquí en esta
tierra canaria
de nuestras islas de
Tenerife, la Palma,
la Gomera y el Hierro;
somos la iglesia peregrina
que queremos ser aquí
en medio de nuestros
hermanos los hombres
semillas de otro reino,
testimonio de tu amor;
somos la Iglesia peregrina
en medio de sombras y
dificultades,
pero sintiéndonos animados
en el amor
por la fuerza de tu Espíritu
para llenar de paz, de amor
y de luz
a cuantos caminan a nuestro
lado
llenos de dudas y de
sombras.
En tus manos nos ponemos,
Señor, en esta tarde;
muchas son las cosas que
queremos poner en tu presencia
de nuestros anhelos y de
nuestras inquietudes,
de los anhelos e inquietudes
de tantos
que se entregan y que
trabajan por los demás
en los distintos campos de
apostolado
y en los distintos
ambientes;
que no falte nunca la fuerza
de tu gracia,
la presencia del Espíritu,
es lo que en esta tarde queremos
pedirte con todo fervor;
ilumina nuestro corazón
para que cada día más amemos
a nuestra Iglesia,
la conozcamos y nos
comprometamos con ella.
Gracias, Señor, porque aquí
podemos vivir
esa comunión de Iglesia.
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