Oración a María, Madre de la esperanza
por la Iglesia
Juan Pablo II
María, Madre de la esperanza,
¡camina con nosotros!
Enséñanos a proclamar al Dios vivo;
ayúdanos a dar testimonio de Jesús,
Enséñanos a proclamar al Dios vivo;
ayúdanos a dar testimonio de Jesús,
el único Salvador;
haznos serviciales con el prójimo,
acogedores de los pobres, artífices de justicia,
constructores apasionados de un mundo más justo;
intercede por nosotros que actuamos en la historia
convencidos de que el designio del Padre se cumplirá.
haznos serviciales con el prójimo,
acogedores de los pobres, artífices de justicia,
constructores apasionados de un mundo más justo;
intercede por nosotros que actuamos en la historia
convencidos de que el designio del Padre se cumplirá.
Aurora de un mundo nuevo,
¡muéstrate Madre de la esperanza
¡muéstrate Madre de la esperanza
y vela
por nosotros!
Vela por la Iglesia en Europa:
que sea trasparencia del Evangelio;
que sea auténtico lugar de comunión;
que viva su misión de anunciar, celebrar y servir
el Evangelio de la esperanza
Vela por la Iglesia en Europa:
que sea trasparencia del Evangelio;
que sea auténtico lugar de comunión;
que viva su misión de anunciar, celebrar y servir
el Evangelio de la esperanza
para la paz y la alegría de todos.
Reina de la Paz,
¡protege la humanidad del tercer milenio!
Vela por todos los cristianos:
que prosigan confiados por la vía de la unidad,
como fermento para la concordia del Continente.
Vela por los jóvenes, esperanza del mañana:
que respondan generosamente a la llamada de Jesús;
Vela por los responsables de las naciones:
que se empeñen en construir una casa común,
en la que se respeten la dignidad
Vela por todos los cristianos:
que prosigan confiados por la vía de la unidad,
como fermento para la concordia del Continente.
Vela por los jóvenes, esperanza del mañana:
que respondan generosamente a la llamada de Jesús;
Vela por los responsables de las naciones:
que se empeñen en construir una casa común,
en la que se respeten la dignidad
y los derechos de todos.
María, ¡danos
a Jesús!
¡Haz que lo sigamos y amemos!
Él es la esperanza de la Iglesia,
¡Haz que lo sigamos y amemos!
Él es la esperanza de la Iglesia,
de Europa y de la humanidad.
Él vive con nosotros,
Él vive con nosotros,
entre nosotros, en su Iglesia.
Contigo decimos
Contigo decimos
« Ven, Señor Jesús » (Ap 22,20):
Que la esperanza de la gloria
Que la esperanza de la gloria
infundida por Él en nuestros corazones
dé frutos de justicia y de paz.
dé frutos de justicia y de paz.
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