Todo siempre para la gloria del Señor haciendo su
voluntad
Postrado
en tu presencia
te
reconozco como mi Señor
y
te adoro como mi Dios;
quiero
que estas palabras
salgan
desde lo más hondo de mi alma
con
toda sinceridad y con todo mi amor;
no
quiero que sean palabras que repita porque sí,
sino
quieren ser expresión de todo lo que es mi vida,
porque
a pesar de mis debilidades y fracasos
quiero
siempre tu gloria,
quiero
hacer siempre tu voluntad;
nos
cuesta, Señor,
porque
somos débiles
y
tropezamos una y otra vez,
pero
tú nos conoces
hasta
lo más hondo de nosotros mismos
y
sabes que mi deseo es
que
siempre todo mi amor sea para ti.
Te
amo, Señor,
y
lo que quiero
es
sentirme inundado de tu amor;
te
amo, Señor,
y
quiero sentirte siempre junto a mí,
dentro
de mi corazón,
siempre
inundado por tu presencia;
te
amo, Señor,
y
te pido que sea tu Espíritu
el
que me inspire en todo momento
cómo
amarte mejor,
y
me acompañe con la fuerza de tu gracia
para
buscar en todo tu voluntad.
No
quiero que sean solo palabras
sino
mi vida toda sea siempre para ti,
para
darte gloria,
para
hacer tu voluntad;
por
eso quiero conocerte cada vez más
para
sentirme más fortalecido en tu amor;
quiero
dejarme conducir por tu amor
para
amarte más y mejor;
quiero
sentirme iluminado
por
la sabiduría de tu Espíritu Santo
para
conocer en todo mejor
lo
que es tu voluntad.
Muchas
veces en la vida
nos
vemos zarandeados
por
tentaciones y problemas,
nos
asaltan las dudas,
todo
se nos vuelve confuso en nuestra mente,
son
muchas las influencias
que
recibimos del espíritu del mundo,
el
maligno está buscando siempre
cómo
hacernos caer en sus redes
llenándonos
de confusión y de dudas;
son
verdaderas tormentas
las
que sufrimos en ocasiones
que
nos hacen sentirnos débiles e inseguros,
pero
quiero sentirme fuerte en ti,
porque
quiero edificar mi vida,
no
sobre la arena de mis superficialidades
o
de las vanidades del mundo,
sino
sobre la roca firme de la fe que pongo en ti;
tú
eres mi roca y mi fortaleza,
tú
eres el baluarte donde me apoyo y me refugio;
tu
palabra siempre es la luz que guía mi vida
y
me quiero dejar ayudar
por
quienes has puesto a mi lado en tu Iglesia
para
que me orienten,
para
que me ayuden a encontrarme contigo,
para
que me den la seguridad
de
que es tu palabra la que me guía
y
no son mis apreciaciones subjetivas
ni
mis caprichos
los
que conducen mi vida.
Gracias,
Señor, por la Iglesia
que
como madre me ayuda y me orienta,
me
hace encontrarme contigo
y
me acerca tu gracia
en
la Palabra y los sacramentos
que
en ella celebramos.
Gracias,
Señor, por tanto amor
como
me manifiestas y derrochas en mí.
Que
todo sea siempre para la gloria de Dios
porque
siempre en todo
quiero
hacer tu voluntad.
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