déjate sorprender

Una buena predisposición para comenzar el camino del día es ser capaces de dejarnos sorprender; amanecer con vida cada día es la primera sorpresa tras la cual va a seguir como una cascada de cosas bellas con las que nos vamos a encontrar; nos sorprenden los rayos del Sol en el amanecer con todo su colorido, nos sorprende la belleza y la riqueza exuberante de la naturaleza, nos sorprenden los trinos de los pajaritos que alegra nuestra mañana, nos sorprende el agua cantarina de la fuente que va a refrescar los ardores del día,  nos sorprende el bullicio de la vida que crece y sigue siendo creativa, nos sorprende el cariño de la familia como un nido de amor; así nos dejamos sorprender también por la cercanía y la confianza que nos ofrecen los amigos, por aquellos acontecimientos que suceden en nuestro entorno y que nos dan lecciones de vida; dejémonos sorprender por los detalles bonitos de altruismo y generosidad que descubrimos en tanta gente de buena voluntad, dejémonos sorprender por esas personas que luchan contra la adversidad o por salir de situaciones difíciles sin perder nunca la paz, dejémonos sorprender por la tierna sonrisa de un niño y el optimismo y la alegría juvenil de quien quiere crecer en la vida, dejémonos sorprender por la sabiduría que destilan las palabras de los mayores que son además estímulos de nuestras búsquedas; todo eso son signos del amor que Dios nos tiene y así se nos manifiestan, dejémonos sorprender por su amor; seamos capaces de ser una sorpresa de vida con nuestra alegría y entusiasmo, con la paz que emana de nuestro espíritu, a pesar de las dificultades, para aquellos que caminan a nuestro lado. Buenos días. © carher