Ten compasión de este pecador
Oh
Dios, ten compasión de este pecador;
así
con humildad
y
con una gran confianza en tu misericordia
vengo
a ponerte ante ti esta tarde, Señor,
porque
sé que tú eres amor
y
ese amor nunca me faltará.
Me
siento indigno porque soy pecador,
pero
cuando me acerco a ti me siento reconfortado
porque
sé que sigues amándome
a
pesar de mi indignidad y de mi pecado;
tantas
veces te he dicho que quiero ser mejor,
tantas
promesas te he hecho en mi vida,
aunque
luego no he sabido llegar hasta el final
por
mi debilidad y flaqueza
tantas
veces te he pedido que me ayudes;
tu
gracia no me ha faltado,
pero
he sido débil,
soy
pecador,
ten
misericordia de mí, Señor, por tu gran bondad.
Con
corazón quebrantado y humillado vengo hasta ti
tratando
de poner todo el amor de mi vida en lo que hago,
así
quiero presentarme ante ti,
poniendo
todo mi amor,
poniendo
toda mi vida en lo que hago;
no
son las cosas que hago
ni
los merecimientos humanos
los
que quiero poner ante ti
sino
solamente mi amor,
aunque
sea débil
y
esté manchado con tantas faltas y pecados;
pero
tu sabes, Señor, que te amo,
a
pesar de mis debilidades,
que
todo mi amor quiere ser para tí.
Ayúdame,
Señor, con tu gracia
a
quitar la arrogancia de mi corazón,
que
nunca me ponga en ningun pedestal,
que
nunca mire por encima del hombro a los demás,
que
me sienta pequeño,
hermano
de todos
y
a todos ame y respete.
Dame,
Señor, autenticidad a mi vida,
porque
tengo la tentación
de
las apariencias y de la hipocresía;
dame
autenticidad
para
que busque en todo momento hacer el bien,
pero
nunca busque la vanagloria ni la alabanza,
ni
los méritos ni los reconocimientos;
que
todo sea siempre, Señor, para tu gloria;
tú
lo mereces todo
porque
si algo bueno hago en la vida
es
porque tú estás conmigo,
eres
mi auxilio y mi ayuda,
nunca
me falta tu gracia.
Dame,
Señor, la gracia
de
ser semilla enterrada para dar fruto,
que
no me importe el silencio de mi vida
o
que no me tengan en cuenta;
solo
la semilla que cae en tierra y muere
da
fruto,
la
semilla triturada se hace harina
para
ser pan que nos alimente;
a
ti te despreciaron,
te
trituraron y te hiciste pan,
te
llevaron a la inmolación más grande
en
la ignominia de la cruz,
pero
fuiste la semilla
que
dio frutos de gracia
y
de salvación para la humanidad;
dame,
Señor, tu fuerza y tu gracia
y
que me inmole en el amor
por
el bien de mis hermanos
y
para gloria de tu nombre.