viernes, 16 de marzo de 2012


Ten compasión de este pecador


Oh Dios, ten compasión de este pecador;
así con humildad
y con una gran confianza en tu misericordia
vengo a ponerte ante ti esta tarde, Señor,
porque sé que tú eres amor
y ese amor nunca me faltará.

Me siento indigno porque soy pecador,
pero cuando me acerco a ti me siento reconfortado
porque sé que sigues amándome
a pesar de mi indignidad y de mi pecado;
tantas veces te he dicho que quiero ser mejor,
tantas promesas te he hecho en mi vida,
aunque luego no he sabido llegar hasta el final
por mi debilidad y flaqueza
tantas veces te he pedido que me ayudes;
tu gracia no me ha faltado,
pero he sido débil,
soy pecador,
ten misericordia de mí, Señor, por tu gran bondad.

Con corazón quebrantado y humillado vengo hasta ti
tratando de poner todo el amor de mi vida en lo que hago,
así quiero presentarme ante ti,
poniendo todo mi amor,
poniendo toda mi vida en lo que hago;
no son las cosas que hago
ni los merecimientos humanos
los que quiero poner ante ti
sino solamente mi amor,
aunque sea débil
y esté manchado con tantas faltas y pecados;
pero tu sabes, Señor, que te amo,
a pesar de mis debilidades,
que todo mi amor quiere ser para tí.

Ayúdame, Señor, con tu gracia
a quitar la arrogancia de mi corazón,
que nunca me ponga en ningun pedestal,
que nunca mire por encima del hombro a los demás,
que me sienta pequeño,
hermano de todos
y a todos ame y respete.

Dame, Señor, autenticidad a mi vida,
porque tengo la tentación
de las apariencias y de la hipocresía;
dame autenticidad
para que busque en todo momento hacer el bien,
pero nunca busque la vanagloria ni la alabanza,
ni los méritos ni los reconocimientos;
que todo sea siempre, Señor, para tu gloria;
tú lo mereces todo
porque si algo bueno hago en la vida
es porque tú estás conmigo,
eres mi auxilio y mi ayuda,
nunca me falta tu gracia.

Dame, Señor, la gracia
de ser semilla enterrada para dar fruto,
que no me importe el silencio de mi vida
o que no me tengan en cuenta;
solo la semilla que cae en tierra y muere
da fruto,
la semilla triturada se hace harina
para ser pan que nos alimente;
a ti te despreciaron,
te trituraron y te hiciste pan,
te llevaron a la inmolación más grande
en la ignominia de la cruz,
pero fuiste la semilla
que dio frutos de gracia
y de salvación para la humanidad;
dame, Señor, tu fuerza y tu gracia
y que me inmole en el amor
por el bien de mis hermanos
y para gloria de tu nombre.

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