En comunión con los hermanos vengo
hasta ti, Señor
No
soy yo solo
el
que me postro esta tarde ante ti
para
hacer esta oración;
es
tu Iglesia la que está aquí reunida,
somos
una pequeña comunidad
que
creemos en ti y a ti acudimos
porque
sabemos,
nos
lo has repetido muchas veces,
que
sin sin nada podemos hacer;
queremos
sentirnos en comunión,
en
común-unión,
en
una unión
que
nos haga realmente sentirnos unidos
porque
nos amamos,
y
por eso acudimos a ti;
la
oración del cristiano siempre ha de tener
ese
sentido de la comunidad,
nunca
puede ser la oración de un solitario.
Sabemos,
Señor,
que
los que creemos en ti
no
podemos ir por libre,
cada
uno por su lado,
sino
que la fe que tenemos en ti
nos
hace querernos,
nos
hace sentirnos hermanos,
nos
hace entrar en comunión de amor,
por
eso el cristiano,
el
que cree en ti
siempre
se ha de sentir en iglesia,
siempre
se ha de sentir
en
comunión con los hermanos;
nos
cuesta
porque
se nos mete hondo el egoísmo
dentro
de nuestras entrañas;
nos
cuesta
porque
no nos amamos lo suficiente
y
cuando nos miramos unos a otros
tenemos
la tendencia
de
mirar primero las zonas oscuras
que
lo bueno que hay en cada uno de nosotros;
nos
cuesta
porque
en el fondo
no
terminamos de amarte a ti lo suficiente
como
para acoger con fidelidad total tu palabra
y
hacerla vida de nuestra vida.
Tus
discípulos
hasta
que no recibieron la fuerza de tu Espíritu
tenían
la tendencia de ir cada uno por su lado
y
ya vemos que hasta el día de tu resurrección
uno
no estaba con los demás
cuando
llegaste resucitado hasta ellos
y
aún así pedía pruebas de que eras realmente tú
y
a otros tuviste que salirles al encuentro por el camino
porque
se iban a sus fincas
y
a sus decepciones.
Tenemos
la tentacion y el peligro
de
sentirnos decepcionados muchas veces de los demás
porque
no terminamos de aceptarnos como somos
y
amarnos con un amor como el tuyo
por
encima de todas las cosas;
perdemos
la esperanza
y
no llegamos a tener la buena visión
para
descubrir el amor en los hermanos.
Danos,
Señor, la fuerza de tu Espíritu
que
transforme nuestro corazón,
nos
haga comprender el auténtico sentido de tu fe
y
nos haga vivir un amor como el tuyo
para
que lleguemos a tener
verdadera
comunión entre todos;
necesitamos
de tu gracia,
de
la fuerza de tu Espíritu;
ven
a nosotros, Señor,
para
que vivamos esa nueva vida
que
quieres para nosotros.
Danos
la fuerza de tu Espíritu
para
que nos sintamos verdaderamente Iglesia,
verdadera
comunidad de amor
y
haya comunión entre nosotros
y
sea capaz de sentir como propio
lo
que le sucede a los demás,
lo
que son los problemas de los hermanos,
lo
que son las necesidades de la comunidad,
lo
que es la vida de la iglesia.
Por
eso, Señor,
no
vengo solo esta tarde a la oración,
conmigo
está la iglesia,
en
comunión con los hermanos me siento
y
con ellos te presento mi oración.