Creemos en ti y en ti ponemos toda nuestra esperanza
Creemos
en ti, Señor,
reconocemos
tu presencia
que
todo lo llena con su inmensidad
y
la grandeza de tu amor;
te
adoramos y te amamos,
te
alabamos y te damos gracias;
creemos
en ti,
realmente
presente en la Eucaristía,
en
el sacramento del altar;
ahí
te has querido quedar en locura de amor
para
estar a nuestro lado,
para
que sacramentalmente sintamos tu presencia,
haciéndote
pan para ser también nuestro alimento,
nuestro
viático en el camino;
creemos
en ti y te amamos,
creemos
en ti
y
en ti ponemos toda nuestra esperanza.
Ven,
Señor, que te necesitamos;
ven,
Señor,
que
eres la luz para nuestro camino;
ven,
Señor,
y
danos la fuerza de tu Espíritu;
Ven,
Señor.
y
que se derramen sobre nosotros tus siete dones;
que
venga tu Espíritu
y
renueve nuestra vida,
que
nuestro viejo y reseco tronco,
porque
así hemos llenado de muerte nuestra vida
con
nuestro pecado,
pueda
reverdecer con tu gracia,
que
nos llenemos de las flores de tus virtudes
y
demos los frutos de justicia,
de
amor y de fe
que
esperas de nosotros.
Ven,
Señor,
para
que hagas distinta nuestra vida,
para
que nos sintamos fortalecidos
frente
a la tentación y al pecado,
para
que tu luz nos descubra
cuales
son tus caminos,
para
que nos llenemos de esperanza
y
vayamos sembrando esperanza también
en
el corazón de los hombres y mujeres
que
caminan a nuestro lado;
ven,
Señor,
y
haznos generosos y solidarios,
porque
muchos son los sufrimientos
de
los que hacemos el camino
y
quienes creemos en ti y te seguimos
hemos
de repartir amor,
y
consuelo para secar las lagrimas de los que sufren,
para
ayudar a cuantos carecen
de
tantas cosas necesarias en la vida,
o
para cuantos en su soledad se sienten solos.
Qué
hermoso sería que lográramos
un
mundo de paz y armonía,
donde
todos nos sintiéramos hermanos
y
nos quisiéramos siempre bien;
las
imágenes con que nos hablan los profetas
nos
señalan un camino de armonía entre todos
donde
resplandece la paz;
es
lo que tenemos que lograr
y
con tu venida y la fuerza de tu Espíritu
podremos
irlo consiguiendo;
por
eso te necesitamos,
necesitamos
tu presencia llena de amor,
la
fuerza de tu Espíritu
que
transforme nuestros corazones.
Ven,
Señor Jesús.
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