lunes, 3 de diciembre de 2012


Queremos dejarnos encontrar por ti, Señor


Queremos, Señor, ir a tu encuentro,
mejor aún, queremos dejarnos encontrar por ti,
porque hemos de reconocer
que tu amor es tan grande
que eres Tú el que nos buscas,
el que vienes a nuestro encuentro;
estamos iniciando el camino del Adviento
porque vamos a celebrar tu nacimiento
y tu palabra  nos está llamando
para que vayamos hasta ti;
como un signo
vamos a ir encendiendo luces
en este camino que hacemos,
porque queremos que nos encuentres
preparados y atentos a tu voz;
muchas cosas pueden poner en peligro
y apagar esas luces
que alumbran nuestro camino
porque son muchas las tentaciones que nos acechan,
pero queremos caminar en fidelidad,
queremos caminar con esperanza,
queremos que no se nos adormezca nuestra fe,
queremos tener siempre encendidas
las luces de nuestro amor;
pero solo lo podremos lograr con tu gracia,
con la asistencia de tu Espíritu
que nos ilumina y fortalece;
por eso una vez más te pedimos
que vengas, Señor, a nosotros,
que nos des la fuerza de tu Espíritu,
que nos ilumine siempre tu Palabra.

Queremos subir al monte santo,
a la casa del Dios de Jacob,
porque así nos sentiremos en verdad instruidos
para seguir tus caminos,
para marchar por tus sendas,
sendas de justicia y de verdad,
de amor y de paz;
queremos caminar iluminados por tu luz
para que así podamos llenarnos
de tu paz y de tu amor;
con tu venida son muchas las cosas
que tenemos que transformar en nuestro corazón,
son muchas las actitudes que tenemos que cambiar,
de una forma distinta,
más llena de paz y de amor,
hemos de vivir nuestra vida;
ya el profeta nos decia
que de las espadas se forjarán arados,
y de las lanzas podaderas,
porque ya desde que tú estás con nosotros
nadie podrá alzar la espada contra nadie,
porque ya tendrán que estar desterradas para siempre
todas las actitudes de violencia;
ayúdanos, Señor,
para que nunca haya más violencia
ni en nuestras palabras ni en nuestros gestos,
que nunca la ira nos domine
ni el orgullo nos haga sentirnos superiores a los demás;
que para siempre caminemos
por los caminos de la humildad,
de la sencillez, de la mansedumbre y del amor.

Que crezca más y más la fe en nuestra vida,
que con humildad nos acerquemos al Señor
pero siempre con la seguridad de que nos escuchas
y estás junto a nosotros;
Señor, dame fuerza
para tener la humildad
de dejarme transformar por tu amor;
llénanos siempre de tu paz.

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