Ten compasión de nosotros y danos tu luz
‘Ten compasión de nosotros’,
comenzamos pidiendo en esta
tarde
como los ciegos del
evangelio
que te seguían gritando;
ten compasión de nosotros
que sabemos que puedes
curarnos,
que puedes darnos luz a
nuestra vida,
porque eres nuestra luz y
nuestra salvación;
te reconocemos como el Señor
y el Salvador de nuestra
vida,
creemos en ti y sabemos
que solo de ti podemos
recibir la salvación;
nada hay bajo la tierra ni
sobre la tierra
que pueda salvarnos,
tu nombre es nuestra vida y
salvación.
Y reconocemos también
nuestras cegueras,
aunque nos cueste
reconocerlas;
andamos en la vida muchas
veces confundidos
y nos ciegan las luces
engañosas
que no son la verdadera luz,
y al final aunque nos
parezca andar de fiesta
seguimos con nuestras
tristezas y depresiones
porque nada de todas esas
cosas mundanas
nos llenan por dentro;
solo en ti podemos alcanzar
la plenitud.
Estamos haciendo este camino
de Adviento
porque queremos prepararnos
bien para tu llegada
y sepamos acoger de verdad
la salvación que nos
ofreces;
nuestra vida está reseca
como la tierra de un
desierto,
pero estamos sedientos de ti
que nos darás el agua viva
que transformará nuestra
vida
en el más hermoso vergel;
como anunciaba el profeta
que el Líbano se convertirá
en vergel
y el vergel parecerá un
bosque,
así será nuestra vida
cuando nos riegue el agua
salvadora de tu gracia;
por eso tenemos tantos
deseos
de que vengas a nosotros,
por eso queremos prepararnos
bien
para no confundirnos
como el mundo que celebra la
navidad
sin saber lo que navidad
y por eso hasta han quitado
todo signo religioso
que nos recuerde tu venida;
nosotros queremos recibirte
a ti,
que eres el gran regalo de
Dios
para todos los hombres,
para toda la humanidad;
por eso queremos
irnos dejando conducir por
tu Palabra
que nos ilumina,
que nos llena de vida,
que nos renueva
y nos hace caminar
hacia la verdadera
salvación.
Queremos, Señor,
gozarnos en tu presencia
salvadora
que es la que nos da
verdadera alegría,
queremos, Señor, sentir tu
salvación
que nos libera y nos
perdona,
que nos sana y nos llena de
vida;
queremos tener la dicha
de sentirte en nosotros,
con nosotros,
caminando en medio nuestro
y llenándonos de tu paz y de
tu amor;
en ti, Señor, ponemos toda
nuestra esperanza;
por eso una vez más te
decimos,
Ven pronto, ven Salvador
para que tengas compasión de
tus siervos
y nos hagas ver
la verdadera luz de la
salvación.
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