Abre mis ojos y mi corazón para ver y comprometerme en el amor
Postrado
en tu presencia quiero rendirte
la
mejor alabanza y acción de gracias;
creo
en ti, Señor, pero aumenta mi fe;
que
se abran los ojos de mi corazón
al
misterio infinito de tu presencia
para
que descubra tu amor;
eres
grande, Señor, y tu amor es infinito;
no
soy digno, Señor, de estar en tu presencia
disfrutando
de tanto amor,
pero
aunque indigno me acerco a ti con humildad
reconociendo
mi nada y mi pecado
y
quiero decirte, Señor, que te amo;
es
un amor débil y pequeño como pequeña es mi vida,
quisiera
poner en ese amor todo mi corazón,
pero
muchas veces ando dividido por mi pecado,
pero
aún así te repito una vez más que te amo,Señor,
y
quiero hacerlo con todo mi corazón,
con
toda mi vida,
con
todo mi ser,
con
todo lo que soy y lo que tengo
que
lo he recibido de ti;
gracias,
Señor, por hacerme partícipe de tu amor
y
que yo también pueda amarte
a
pesar de mis debilidades y fracasos;
te
amo, Señor,
y
en tus manos quiero ponerme.
Abre
mis ojos, Señor,
los
ojos no solo de mi sentidos sino los de mi alma
para
que pueda amar con un amor como el tuyo;
abre
mis ojos para que sepa tener
una
mirada nueva y llena de amor
hacia
mis hermanos los que caminan a mi lado,
a
los que tantas veces me cuesta amar
como
tú los amas,
como
tú me amas;
abre
mis ojos, Señor,
para
que sea sensible
a
las necesidades y sufrimientos
de
cuantos me rodean;
pero
abre mi corazón al amor
para
que no me quede con los brazos cruzados;
nos
puede parecer que nada podemos
o
que las necesidades
y
los sufrimientos de los hermanos son grandes,
pero
tú nos enseñas
que
siempre hay algo que podemos hacer,
siempre
habrá los cinco panes de cebada de mi pobreza
que
tengo que estar dispuesto a compartir;
¿qué
puedo hacer con mi pobreza
ante
la pobreza de los demás?,
me
puedo estar preguntando
lleno
quizá de dudas y de temor,
pero
tú me estas diciendo
que
con ese pequeño grano de amor
que
yo pueda poner desde mi pobreza
muchas
otras solidaridades se pueden despertar
y
la espiral del amor y la solidaridad
puede
comenzar a abrirse
para
abrazar a todos con un nuevo amor
y
un nuevo compromiso por los demás.
Ayúdame,
Señor,
a
que no me reserve nada para mí;
que
sea generoso en mi corazón
poniendo
todo lo que soy en bien de los demás;
que
mi palabra y mi presencia
vayan
repartiendo amor,
consuelo,
ilusión
y esperanza
a
tantos que se sienten desheradados
pero
que en mi amor pueden encontrar
una
luz para sus vidas.
Que
no me encierre nunca en mi mismo,
que
abra, Señor, mi corazón
y
me decida a amar para siempre
con
un amor como el tuyo.
Hazme
generoso, Señor;
dame
el consuelo y la fuerza de tu amor.
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