viernes, 22 de julio de 2011

Desde un corazón perdonado un corazón agradecido para ti

Cuántos motivos tengo para amarte, Señor;

pero no termino de darte gracias lo suficiente

ni de hacer de mi vida

una contínua alabanza a su nombre;

me has dado la vida,

me has colocado en una familia cristiana,

me has rodeado de tantas personas

que me han amado a lo largo de mi vida

y me aman ahora;

y sobre todo me has dado tu gracia divina

que me ha hecho tu hijo.

Mi corazón agradecido quiere cantarte, Señor,

y proclamar para ti la más hermosa alabanza

y acción de gracias en la oración

con que vengo a ponerme ante ti esta tarde.

Cuántos motivos tengo para amarte, Señor;

Y, aunque parezca incomprensible,

motivos grandes para ese amor que he de tenerte

son mis pecados;

ya sé que con mi pecado

tantas veces me he alejado de ti,

pero detrás de mi pecado

veo tu llamada y tu amor,

porque si yo me alejaba

tú me atraías hacia ti y me llamabas;

si yo con mi pecado te ofendía,

tú con tu amor no cesabas de ofrecer

la gracia de tu amor y tu perdón;

cuántas veces he recibido tu perdón

y quizá no he sabido darte suficientemente las gracias

por ese amor misericordioso que conmigo has tenido;

desde mi corazón perdonado

quiero presentarte hoy un corazón agradecido

y por eso darte gracias y cantar mi alabanza para ti.

Cuántos motivos tengo para amarte, Señor;

todo mi amor tendría que ser para ti

y por eso, cual un enamorado,

quiero entregarte mi amor, mi vida;

todo para ti,

quiero amarte, Señor,

como nos enseñas en tus mandamientos

con todo mi corazón,

con todo mi ser,

con toda mi vida,

con todas mis fuerzas;

quiero amarte, Señor,

de verdad sobre todas las cosas.

Nunca el amor que le tenga los que me rodean,

mi familia, mis amigos, mis seres queridos

tiene que mermar el amor que a ti te tengo;

es que a ellos los quiero amar con tu amor,

con ese amor que fluye de tu corazón

y llega hasta el mío

prendido en la hoguera de tu amor;

tú nos enseñaste que para amarte a ti

tenemos que amar al hermano,

al que está a nuestro lado,

porque además ahí tenemos que verte a ti,

sobre todo en los que más sufren,

o los más necesitados,

en todos los que están necesitando

del amor de los hermanos

o sufren aislados en su soledad;

enséñame, Señor, a amarlos con tu amor,

y el amor que a ellos les tenga

sea siempre un amor para ti.

Desde mi corazón perdonado,

cuánto me has amado, Señor,

y cuánto me has perdonado,

quiero ofrecerte mi corazón agradecido,

mi corazón enamorado de tí.

Te amo, Señor.

No hay comentarios: