‘Este es el pan que el Señor os da de comer’ ,
este es el pan que tú nos da a comer;
creemos, Señor,
Tú eres el pan de vida;
creemos, Señor,
Tú estás aquí en medio de nosotros;
creemos, Señor,
en el Sacramento del amor,
en el sacramento de tu presencia eucaristíca;
creemos, Señor, en Ti
y a Ti venimos esta tarde en adoración,
en oración.
Que tu Espíritu, Señor,
me haga conocerte,
conocer todo el misterio de tu amor
que nunca se acaba;
Tú no nos dejas solos ni sin alimento,
porque sabes que el camino es fácil
y en ocasiones se nos vuelve duro y costoso;
nos das no un maná
como el que comieron en el desierto los hebreos,
sino que eres Tú mismo el que te haces pan
y te haces alimento,
para ser nuestra fuerza,
para ser nuestra vida,
para que podamos seguir haciendo el camino.
Te nos ofreces, Señor,
en la doble mesa de la Palabra y de la Eucaristía;
que sepamos escucharte,
que seamos buena tierra,
que estemos siempre dispuestos
a dar fruto al ciento por uno;
cada día nos regalas tu Palabra
que es tu Sabiduría y tu fortaleza,
que es tu luz y el viático para nuestro camino;
abre mis oídos, los oídos de mi corazón,
dame la fuerza de tu Espíritu
Eres también, Señor, el Pan de Vida
que te nos das en la Eucaristía,
tu cuerpo verdadero,
tu sangre verdadera,
que si lo comemos tendremos vida para siempre,
porque Tú nos resucitarás en el último día;
pero eres presencia permanente en el Sacramento
y en el Sagrario estás siempre esperando
que vayamos a ti;
alrededor de tu altar,
alrededor de tu Sacramento
estamos ahora congregados
para esta oración de la tarde;
caldea mi corazón,
abre mi espíritu a tu presencia,
inúndame con tu amor.
Señor, danos de este pan
que nos da vida para siempre.
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