martes, 7 de mayo de 2013


Vengo a pedirte por mi fe

                                                                              
Esta tarde vengo, Señor, a pedirte por mi fe;
yo creo en ti
y por eso ahora estoy postrado en tu presencia,
reconozco que eres el Señor y mi único Salvador;
siento, es cierto,
el calor de tu amor en mi vida
y quisiera amarte de verdad sobre todas las cosas,
pero quiero pedirte por mi fe.

Como aquel hombre del evangelio
al que tú le preguntabas si creía que te respondía
‘yo creo, Señor, pero aumenta mi fe’,
es lo que ahora quiero yo pedirte también,
aumenta mi fe,
que crezca mi fe,
porque muchas veces mi fe es débil,
porque me lleno de dudas tantas veces
que parece que se oscurece el alma,
pero sobre todo, Señor,
porque no siempre soy consecuente en todo
con la fe que digo profesar,
que digo que tengo en ti.

Quiero, Señor, que crezca mi fe
y no estoy pidiendo milagros ni pruebas extraordinarias,
sino que tú con tu gracia alimentes la llama de fe
para que  no tambalee,
para que la lleve de verdad a toda mi vida
y toda mi vida se vea envuelta por tu luz,
se vea envuelta por esa fe,
para que mi actuar sea de verdad
una consecuencia del Evangelio que quiero seguir.

Que tenga más fe
y tenga más hambre y sed de ti,
de manera que mi oración sea cada día más intensa;
que yo sepa apreciar y sentir tu presencia allá donde vaya,
porque realmente sienta que vas a mi lado,
que estás en mí,
que tu inmensidad lo llena todo con tu amor;
un hombre de fe tiene que ser
una persona que se sumerja totalmente en Dios
y nada le distraiga,
y sin embargo todavía muchas cosas me distraen,
y aun cuando estoy contigo
parece que fueran otras cosas las que más me preocupan
y mi pensamiento se aleja de ti
para ir tras esas otras cosas.

Que yo tenga más fe
para vivir con más intensidad los sacramentos
para saber descubrir tu presencia y tu gracia;
que no utilice los sacramentos nunca
como cosa a la que echo mano desde mis intereses
o puramente desde mis necesidades,
sino que ansíe vivir la Eucaristía
y todos los sacramentos
como esa presencia maravillosa tuya
ahí junto a mí en el camino de la vida;
que saboree los sacramentos
porque saboreo tu presencia
y tenga de verdad ansias de ti,
de llenarme de tu vida
para caminar siempre en tus caminos.

Que yo tenga más fe
y sepa descubrirte y verte
de forma real en mis hermanos,
en todos aquellos con los que convivo
o con los que me cruzo en los caminos de la vida,
y viéndote a ti en ellos
aprenda a amarlos de verdad
como quiero amarte a ti.

Señor, que yo crea,
pero aumenta mi fe;
Señor, yo creo en ti,
pero que aumente mi fe;
Señor yo creo
y quiero amarte con todo mi corazón
pero que aumente mi fe
para que aumente mi amor;
Señor, yo creo,
pero que de verdad me sumerja en tu presencia,
en tu vida,
 en tu gracia
para que ya para siempre no viva sino para ti.

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